La obra está casi lista. El arte es una materia abstracta y subjetiva y los procesos creativos son extensos. Cuesta demasiado definir lo qué se quiere dibujar; o en el caso de los compositores lo que se quiere rimar. Es decir, es laborioso definir una idea. Mucho más ejecutarla. Claro; la creatividad aparece a través de pequeños chispazos que rompen con el equilibrio de lo rutinario. Las fuentes de inspiración tampoco están definidas. Hay artistas que encuentran la belleza en lo cotidiano; otros que necesitan aislarse para tomar una perspectiva diferente. Cada uno tiene un ritual específico, pero con una sola certeza: siempre hay una historia que contar. Un mantra que los motiva a buscar de manera incansable.

El fútbol tiene un componente artístico y la afirmación no habla sólo de los “chiches”. Es lindo ver un caño, un sombrerito o una gambeta. Pero no es la única tarea que requiere de creatividad exhaustiva. Los entrenadores tienen el difícil trabajo de conjugar los componentes de la obra. Es decir, definen la gama de colores, los trazos y la idea. ¿Con qué objetivo? El fin es formar un todo homogéneo y coherente; un proceso que es largo, pero que poco a poco se consigue. Y el ataque del San Martín de Diego Flores lo está logrando.

No es que el DT cimentó una máquina arrolladora que goleó todos los partidos. Pero, el tridente de Matías García, Juan Cuevas y Junior Arias le dan sentido a la “obra” ofensiva del entrenador. “Caco” fue la pieza justa que terminó de ensamblar el ataque y, sobre todo, sanó el déficit de llegadas claras que padecía el equipo.

Los volantes son los jugadores que “crean” las jugadas mientras que el uruguayo se asocia y es la referencia predilecta en el centro del ataque en una fórmula que cada vez gana más adeptos por su efectividad. Cuatro triunfos de manera consecutiva no son casualidad, pero la pintura no está terminada y todavía queda un desperfecto por subsanar: el puesto de extremo derecho.

La apuesta del entrenador siempre fue clara: Lautaro Fedele. El ex Defensa y Justicia llegó sobre la chicharra del mercado de pases y parecía ser el tono que le faltaba a la paleta de colores del DT.

La presentación fue más que auspiciosa: velocidad y contundencia fue la fórmula que mostró en cancha de Maipú, sitio en el que marcó el único gol con la “rojiblanca”. Pero el delantero se fue pinchando con el paso de las fechas y, pese a la confianza del entrenador, alternó entre buenas y malas presentaciones.

Perdió el desequilibrio y, muchas veces, quedó aislado del sistema de juego; una performance que se repitió en el duelo contra Estudiantes de Caseros, en el que la participación del delantero se redujo al gol anulado. ¿Era offside? A priori las imágenes muestran que no, pero la Primera Nacional no da tiempo para lamentos ni reclamos.

En números, el mayor aporte de Fedele son las tres asistencias que realizó en el torneo: una para Cuevas (frente a Estudiantes de Buenos Aires) y dos para Arias (Arsenal y San Miguel). números que lo posicionan como uno de los hombres con más pases-gol del “Santo” (comparte ese “título” con el ex Everton de Chile, “Caco” y Gonzalo Rodríguez).

Sin embargo, no es una faceta habitual del juego del nacido en Berazategui. Pero… ¿qué otras opciones tiene Flores para el puesto? Pocas. A priori, el reemplazante natural sería “Turbo”, que tampoco terminó de cuajar en el “11”. No pudo asentarse en el esquema 4-3-3 que propuso el DT en su momento y no ganó la pulseada por la titularidad.

Sin embargo, el oriundo de Aguilares se posiciona como una variante interesante para definir los partidos. Rodríguez es la ficha revulsiva que puede torcer la historia en los complementos y esa afirmación se sustenta en los dos goles y las tres asistencias que realizó saltando desde el banco de suplentes.

Otro nombre que podría barajar es el de Nicolás Moreno. “Chuny” mostró un desarrollo formidable en la temporada: sumó 363’ (la temporada con más rodaje desde su estreno en 2021) y aportó tres goles. Incluso, mostró la capacidad de adaptarse a los pedidos de Flores: si bien es delantero centro por naturaleza, también ofició como extremo. Pero hasta el momento Moreno no sumó ninguna titularidad, señal que deja en claro que Flores lo continúa llevando de a poco.

Mauro Verón corre con más desventaja. No encajó en los planes del DT y sólo estuvo en cinco partidos (214’). Iván Molinas también experimentó en la posición de extremo aunque no mostró la vocación suficiente para asentarse en el puesto. Gonzalo Klusener, asimismo, podría sumarse a la lista de opciones. Sin embargo, en caso de ingresar, el DT debería modificar el esquema para conformar un doble “9”, táctica que no es recurrente en las exposiciones de Flores.

Todo este panorama muestra que a Flores sólo le falta un detalle para terminar de pulir la obra; cuadro que anhela que sea parte de la historia de San Martín y quede colgado en los pasillos de La Ciudadela.